Ya medio había escuchado hablar sobre la escasez de ciertos productos a nivel mundial. Que si la pandemia disminuyó el ritmo de producción, que si se afectó la logística para transportar los bienes, y otras explicaciones más que estaban relacionadas en su mayoría con el virus. Sin embargo, varios siguen pensando que es algo temporal, algo que en cuanto el Covid esté más controlado, volveremos a la vida de antes.
Y pues no se trata de romper sueños así como así, pero cada vez está más complicado que eso pase, al menos para los que no somos millonarios.
Cada día me topo con más información al respecto, y aunque al principio no la leía para no aumentar más mi estrés pandémico, llegó un punto en que fue inevitable y más valía estar preparada. Tanto me ha dejado pensando este tema, que heme aquí.
Verás, entre otras cosas, leí sobre lo que hay de fondo con respecto a la escasez y no me sorprendió lo encontrado. Este fantasma de la crisis climática tiene muchas facetas y efectos secundarios que solemos pasar por alto. La realidad es que nos está cambiando la vida entera y todo está conectado. Así que sí, la falta de productos en los anaqueles NO es solo a causa del Covid.
En un año consumimos en promedio el doble de recursos naturales que lo que la Tierra produce (googléalo y verás). El tanto insistir en consumir más de lo que necesitamos y desechar todo pronto para comprar algo nuevo, nos tiene ya en un punto donde es extremadamente dañino y complicado para la naturaleza; simplemente no es viable, no puede producir tantos recursos tan rápido.
Por lo tanto, dentro de poco quien quiera esos recursos va a tener que pagar más por ellos; es la ley de la oferta y la demanda, es decir, a poca oferta y mucha demanda, precio caro. Esta interrelación entre la escasez actual y el precio a futuro lo explican bien clarito y con ejemplos específicos en este artículo, échale un ojito.

Todo el tiempo me da vueltas en la cabeza esta idea de la adicción tan ruda en la que estamos metidos (y me incluyo tristemente) de tener el ímpetu constante de adquirir algo nuevo cuando no lo necesitamos. Detrás de esto obvio está la estrategia de las compañías de fabricar cosas que al poco tiempo ya no sirven para que tengas que cambiarlas, los trucos mercadológicos, y el que el sustento de muchas familias dependa de que esas cosas se vendan. CHA-LE, círculo vicioso y ni hablar, es lo que hay.
Así que en estos tiempos en los que extra-consumir es lo normal, ser disruptores es no sólo útil sino necesario e incluso podría ser la fuente de la felicidad en un futuro cercano. Cuestionarnos si equis producto es necesario o si solo llena un antojo fugaz antes de comprarlo, es el paso uno. Eso podría terminar con varios gastos hormiga tontos y le hacerle un parote a la cartera y al planeta de paso.
Tal vez ésa es una de las costumbres que más me dejó la pandemia. El no poder ir a centros comerciales, restaurantes y demás, me enseñó que era igual de feliz sin comprarme tantos suéteres, bolsas, o tonterías parecidas. Y hoy que ya están abiertos, prefiero seguir yendo lo menos posible; lo mismo con Amazon, entro muy poco a la fregada página. Jaja, siento que soy como un alcohólico evitando entrar a una cantina o una persona a dieta evitando ir a la pastelería.
Es curioso, porque muchas veces cuando pienso en estas cosas, me imagino que de seguir así terminaría cual hippie viviendo en un monte y comiendo solo lo que siembro, pero siendo realistas tampoco tengo madera para eso, y ni lo pretendo. Con sentirme agusto con menos cosas y jodiendo lo menos posible al planeta me doy por bien servida. Ya si de paso logro que alguien más se contagie de esto ¡pfff, lo máximo!
Al final creo que haber leído sobre el problema de abastecimiento y el verlo todavía con algunos productos, ha hecho que tenga más presente esta intención de ser congruente y dejar de pretender que “en algún punto todo será como antes”. Otra vez toca ser como adicto en rehabilitación: un día a la vez, una compra a la vez, una decisión a la vez, etc. Seguro la Silvia del futuro lo agradecerá.
Te quise compartir todo esto porque hacen falta más acciones reales tanto de los gobiernos, las empresas, de las personas, y también porque me acordé de esta imagen:
