Si sueles leer este blog, entonces has de saber perfecto que tiendo a hablar de cualquier tema desde una perspectiva positiva, incluso de lo no tan agradable intento buscar el aprendizaje, el reto, la solución, una alternativa lo más sana-feliz-etc.
Sin embargo, considerando que una de las premisas más importantes también es mantenerlo lo más real posible, en esta ocasión compartiré algo de lo que me siento avergonzada y que no he logrado corregir.
Soy una de esas personas que en la pandemia ha pasado mucho más tiempo en casa con su pareja. La verdad es que nos ha ido mejor de lo que hubiera pensado, sobre todo considerando que nuestro apartamento es muy pequeño y encima trabajamos para la misma organización y eso nos hace compartir también varias juntas y proyectos… ya te imaginarás entonces un poco la dinámica tan cercana que últimamente hemos tenido. Sin embargo, hay algo que aún no logro manejar: el compartir mi cargador de celular.
Seguro has de decir “¡¿Qué no tienen dos cargadores?!”… y sí, la cosa es que el mio carga más rápido y por eso es el más codiciado.
Mientras más tiempo pasamos juntos más veces pasa él buscando usarlo, y yo más me enojo, me desespero (ya sé, estoy loca, no hay razón). ¡¿POR QUÉ?! Por qué carambas me puede tanto un tonto cargador. Mi hipótesis dice que:
- Primero: soy hija parcialmente única, y como es bien sabido, eso generalmente nos daña un poquito de nuestro ser compartido.
- Segundo: Mi maridito solía dejar enchufado el cargador y entre que si el gasto de luz y entre que se descomponía el cargador pues me enojaba. Afortunadamente ya casi no lo hace, sí le ha echado ganitas. 🙂
Al final, tristemente la hipótesis sirve para nada porque igual sigo encariñada con… un… cargador…
En fin, mañana es nuestro aniversario y más que pensar en ir y comprarle un nuevo cargador, he pensado que lo mejor será que trabaje en mis emocioncitas feas y lo deje usar el cargador libremente (no tienes una idea lo mucho que me cuesta hasta escribir esto ).
P.D
Querido Mr. A a.k.a Chunku: Gracias por compartir esta eterna cuarentena conmigo y por soportar mis comportamientos no bonitos. Esto puede sonar raro pero la realidad es que no me importa tener diferencias contigo. ❤
Es bien fácil presumir las cosas bonitas de una pareja, pero en esta ocasión elegí compartir algo simple y cero lindo. Al final, una relación se construye con las actitudes y comportamientos diarios; y en los detalles no gratos también está la chamba constante que se invierte en una relación. Así que de mi parte, prometo seguir trabajando en prestarte el cargador y en todo lo demás que tampoco está nice.
Creo firmemente que si no nos importa lidiar con los defectos e issues del otro y con los nuestros con tal de estar bien con él/ella, entonces seguramente hemos elegido correctamente a nuestra pareja. Kermoso.
