Este blog cumple dos años de existencia así que primero que nada: ¡Gracias por leer estas locuras!
Generalmente escribo libremente, incluso algunos dicen que es chistoso porque es como si me escucharan hablar. Lo que ellos no saben, es que siempre hay una vocesilla que mientras tecleo me susurra: “bájale, no escribas ‘tan así’, en la escuela te enseñaron a hacerlo apropiadamente…”. Pero como hoy estamos DE ANIVERSARIO, a esa voz la callé.
HeyYouSilvia empezó por las ganas de tener un espacio donde mi neurona traviesa pudiera jugar con las ideas que se le ocurren. Casi cualquier pensamiento lo tomo y escribo o hago un podcast al respecto. Pero lo que hoy me tiene aquí es que por fin hablaré de alguien que desde hace tiempo anda desatado. Lo llamo mi Yo Controlador. Cada vez que pensaba en escribir sobre él, él mismo me daba argumentos para convencerme de que no era tan importante, trascendente o interesante como para hacer algo en forma. Sin embargo, como hoy Yo Controlador está muteado, ¡ahora es cuando!
(Cabe señalar que si no fuera por esta trinche crisis/cuarentena/covid/pandemia/caos/mensaje del universo/o como le quieras llamar, es probable que no hubiera escrito de eso. Al menos no hoy.)
Si leíste el post anterior acerca de las etapas de la cuarentena, entonces entenderás esto de una mejor manera. Resulta que desde hace días me la he pasado yendo de una etapa a otra, con cambios de humor constantes que no tienen nada que ver con las hormonas. Después de mucho reflexionar, entendí lo que sucede. Llegué a un nivel de aceptación más profundo de Yo Controlador y del reto que el pobrecito está enfrentando en este tiempo pandemioso.
Justo cuando empezó la cuarentena y terminaron las clases, Yo Controlador definió una lista de cosas por hacer. Recordemos que algo que aman hacer los controladores son listas, ordenar todo, jerarquizarlo, dividir las tareas, ponerles fecha. Así andaba él, muy feliz pensando que todo lo anotado se cumpliría al pie de la letra. Iluso.
Y es que no en vano le llaman crisis a esto que estamos viviendo. No sólo nos mandaron a nuestras casas, la economía se puso fatal, y abundaron las historias feas de muertes y teorías de la conspiración. Esto ataca a todos los niveles, incluso a nuestras mentecillas y sus respectivas emociones, traumas, miedos, planes, etc.
Lo cierto es que estos retos pandémicos son manejados mejor por aquellos que se dejan llevar, que se ponen flojitos, cooperan, fluyen y buscan soluciones al problema. Lástima que hay otros cuya naturaleza los lleva a querer “organizar” hasta ese tipo de circunstancias mundiales. Otra vez, ilusos.
Fue así que con dolor de ego, Yo Controlador aceptó que al menos durante este tiempo no va a poder ordenar igual todo lo que le rodea. Ya decidió ponerle un asterisco a casi todos los pendientes de sus mil listas con el fin de permitirse cumplirlos eventualmente y, por si fuera poco, está dispuesto a ver qué se siente “no presionarse”. A lo que todavía está reacio es a permitir que las cosas no queden exactamente como él quiere. Algo que puede ser relativamente sencillo para muchos, pero para él, es un MEGA reto.
Y como en sus mil listas por ahora no puede tener mucha injerencia, Yo Controlador está pasando por un proceso de “Sustitución”. Como se trata de sí o sí controlar aunque sea algo, lo que sea, ahora lo ves metido en la cocina. Este es su nuevo elemento a manejar. Se pone a cocinar (siempre emocionado por superar la prueba de hacerlo ensuciando lo menos posible) y luego es feliz limpiando que si la estufa, que si la barra, que si los trastes… vieras como le brillan los ojitos cuando está ahí.
Y hay otra cosa que es todavía más “positiva”. Yo Controlador está adoptando actividades que antes no cabían en su agenda: ahora hace ejercicio, lee y colorea. Ojalá siga así porque me parece que le funciona a manera de terapia, cada vez son menos sus crisis de frustración por sus listas de pendientes que no puede palomear.

Entonces, en ese momento de reflexión que te contaba al inicio, cuando entendí y acepté más al buen amigo Yo Controlador, para mi mala suerte, notó mi intención de venir a escribir de él y ya buscaba otra vez darme sus argumentos cuando ¡PUM! Que le doy un golpe brutal. Y que lo noqueo. Y que se calma.
Fue así cómo llegué aquí a celebrar los dos años de este blog. No siempre me dejan escribir así, sin presiones. Ahora entenderás porqué me encantó poder apañarme la entrada DE ANIVERSARIO 😀
¡Que tengas un buen día!
Primero que nada, ¡felicidades por los dos años de tu blog!, que se dice fácil pero no lo es. Yo empece a bloguear en 2017 con un blog diverso a este y he experimentado desaliento a veces y ganas de escaparme, pero algo tiene la necesidad de escribir en mi, que ya me llevo a crear un segundo blog en tiempo de cuarentena, esa es mi terapia jaja. En fin, me ha hecho gracia el Yo Controlador de tu relato, porque también soy medio controladora en mi vida, lo de hacer listas, pfff… a veces siento que no puedo empezar a hacer nada si antes no preparo previamente una lista jajajaja. Pero bueno, hay que relajarse un poco. Un abrazo a la distancia desde México!
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Abrazo de vuelta!!! Muchas gracias!, sí, para mi también es como una terapia el blog… y lo de las listas, inevitable 🤭🤭 ni modo 🤷♀️
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😉
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